Campo de Criptana

Pozos de Pozohondo

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En la segunda mitad del siglo XIX el Pozohondo era las afueras criptanenses. Este lugar tuvo y tiene pozos, aunque ya no cumplen su función. Tuvo también un arroyo de flujo perenne. 

Hoy enmarcado en el núcleo urbano de la localidad, este lugar antaño en las afueras tuvo y tiene pozos, además de un arroyo de flujo perenne en mayor o menor cantidad dependiendo de la época del año. Los más ancianos del lugar aún rememoran momentos de su juventud acudiendo al río del Pozo Hondo a bañarse, lugar donde contemplaban a sus madres o abuelas realizar labores de limpieza de ropa en el río.
Se trata de pequeñas muestras de elementos etnográficos que aún se conservan, ya que desde finales del siglo XX han caído en desuso hasta convertirse en un recuerdo de lo que realmente fueron. Cercano a este punto podremos encontrar también la escultura dedicada a la artista criptanense Sara Montiel, presidiendo una larga calle a la que presta su nombre.
Encontramos en estos pozos una historia y tradición que se unen en torno a este elemento, que no deja de ser una seña de identidad del pueblo manchego. Nos hace rememorar una época vivida por nuestros antepasados, tan lejana en estos tiempos.
El agua es un elemento muy presente en la historia de Campo de Criptana, de hecho, son varios los pozos y fuentes que se describen en la historia de este pueblo de Gigantes. Es testigo de asentamientos de poblaciones y generador de costumbres, lugares de encuentro, de dialogo y de entendimiento. El hombre ha sabido encontrar alrededor de los pozos y del agua la subsistencia, con una tierra fértil donde desarrollar recursos y oficios que han generado una riqueza patrimonial, como es el caso en el que nos encontramos.

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Datos

Uso: Turístico
Visitable: Sí

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Libre

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