Joaquín Baldomero Fernández- Espartero Álvarez de Toro (nacido en Granátula de Calatrava, Ciudad Real, 27 de febrero de 1793- Logroño, 8 de enero de 1879), fue un militar y político español que adquirió gran protagonismo en la Iª Guerra Carlista lo que le encumbró en la política liberal del siglo XIX.
En Granátula pasó sus primeros 16 años lo que le influenció el resto de su vida. Baldomero Espartero nace a finales del s. XVIII en un pueblo de unos 3000 habitantes, siendo el menor de una docena de hermanos y en el seno de una familia de clase media baja cuyo padre era carpintero-carretero. En Granátula recibió una gran educación gracias clases de latín y humanidades con su vecino Antonio Meoro, preceptor de Gramática, afamado en la zona, dado que preparaba a los jóvenes para acceder a estudios superiores.
Cursó sus primeros estudios oficiales en la Universidad Nuestra Señora del Rosario en Almagro, donde residía un hermano suyo dominico, y obtuvo el título de Bachiller en Artes y Filosofía. En 1808 se alistó en el ejército, tras el levantamiento del 2 de mayo en Madrid contra la ocupación napoleónica y luchó en la batalla de Ocaña, donde fue testigo de la derrota.
Se trasladó a la academia militar de Cádiz, donde le influenció el liberalismo y los debates de las Cortes de Cádiz, ciudad sitiada por los ejércitos franceses desde 1810 y lugar en el que se redactó de la primera constitución española, lo que marcó su decidida defensa del liberalismo y patriotismo.
Tras el fin de la Guerra de la Independencia, pasó a América para luchar contra la Independencia de las colonias, donde continuó su ascenso militar consiguiendo grandes dotes diplomáticas, no sin estar prisionero de Simón Bolívar y condenado a muerte. Tras la batalla de Ayacucho regresó a España.
Durante la Primera Guerra Carlista (1833-1840) ascendió rápido. Elegido comandante en jefe del Ejército liberal isabelino fue de vital importancia para la victoria final frente a los carlistas. El Abrazo de Vergara selló el fin de la contienda civil sin represión y con acuerdos políticos y militares con las zonas sublevadas.
Tras su Regencia durante la minoría de edad de Isabel II (1840-43) tuvo que exiliarse a Inglaterra (1843-48), donde se le otorgaron los principales títulos extranjeros europeos como la Orden del Baño de Inglaterra o la Legión de Honor de Francia.
Regresó a la presidencia de ministros a través del Bienio Progresista (1854-56) de la mano de O´Donnell, pero pronto renunció a sus funciones.
Durante sus mandatos fue patente su ideología liberal progresista donde intentó el desarrollo y modernización de la administración del Estado con la promoción de las diputaciones, la modernización de la administración del Ejército y de la Iglesia, así como otras muchas medidas y reformas.
La victoria en numerosas batallas de la Iª Guerra Carlista le encumbraron como un gran ídolo social, político y militar a lo largo de décadas. Su influencia todavía se aprecia en el nombre de numerosas calles, plazas, etc. de toda España con su nombre o con sus títulos nobiliarios; en monumentos ecuestres como los de Granátula, en Madrid o Logroño, famosos dichos, frases y refranes, así como una extensa bibliografía que le dan un gran protagonismo dentro del liberalismo y la política del s. XIX en España.
La casa-museo del general Espartero es visitable y de obligado paso para todo aquel que visite Granátula y quiera conocer su historia, tan rica como sus gentes.
Esta ermita se sitúa a la orilla del río Jabalón. Está compuesta por varios edificios que se reconstruyeron...
Templo con planta de cruz latina, bóveda y cúpula media naranja, datado entre los siglos XIV y XVIII....
Este palacio es una imponente casa solariega que se construyó en el siglo XVI. Tiene dos plantas y una...
Este puente se construyó para cruzar el río Jabalón en las proximidades de la ciudad de ORETVM, una importante...
Pertenece a la antigua capital de la Oretania. Sus restos van desde mediados del primer Milenio a....